La UE cambia su enfoque hacia el GNL estadounidense a medida que disminuyen las compras de gas ruso
En los últimos años, la Unión Europea ha estado trabajando para diversificar sus fuentes de energía y disminuir su dependencia del gas ruso. Este cambio de estrategia ha sido impulsado por una serie de factores, incluidas las preocupaciones sobre las tensiones geopolíticas y el deseo de reducir las emisiones de carbono. Como parte de este esfuerzo, la UE recurre cada vez más a Estados Unidos en busca de gas natural licuado (GNL).
El uso de GNL ha crecido rápidamente en los últimos años, a medida que los avances tecnológicos han hecho que sea más fácil y rentable transportar gas a largas distancias. El GNL es gas natural enfriado a estado líquido, lo que reduce su volumen en un factor de 600. Esto hace que sea mucho más fácil de transportar y almacenar, ya que puede enviarse en grandes camiones cisterna y almacenarse en tanques relativamente pequeños.
Una de las principales ventajas del GNL es que puede obtenerse de una amplia variedad de ubicaciones. A diferencia del gasoducto tradicional, que está limitado por la geografía, el GNL se puede producir en cualquier lugar y enviarse a cualquier lugar con puerto. Esto lo convierte en una opción atractiva para los países que buscan diversificar sus suministros energéticos.
Para la Unión Europea, el cambio hacia el GNL estadounidense tiene implicaciones importantes. Históricamente, Rusia ha sido el mayor proveedor de gas natural de la UE y representa alrededor del 40% de todas las importaciones. Sin embargo, las preocupaciones sobre la influencia política y económica de Rusia han llevado a muchos países de la UE a buscar fuentes alternativas de gas.
Estados Unidos se ha convertido en un actor clave en este mercado, gracias a sus abundantes suministros de gas natural y su creciente capacidad de exportación de GNL. En 2020, Estados Unidos fue el tercer mayor proveedor de GNL de la UE, sólo detrás de Qatar y Rusia. Sin embargo, se espera que esto cambie en los próximos años a medida que las exportaciones estadounidenses sigan creciendo.
Uno de los principales impulsores de este crecimiento es la finalización de nuevas instalaciones de exportación de GNL en EE. UU. En los últimos años, se han puesto en funcionamiento varias instalaciones nuevas, incluida la terminal Sabine Pass en Luisiana y la terminal Cove Point en Maryland. Estas instalaciones han aumentado significativamente la capacidad de exportación de Estados Unidos, facilitando a las empresas estadounidenses vender GNL a los mercados extranjeros.
Otro factor que impulsa el cambio hacia el GNL estadounidense es la creciente competitividad de los precios del gas estadounidense. Gracias a los avances en la tecnología de perforación, la producción de gas natural en Estados Unidos ha aumentado en los últimos años, lo que ha hecho bajar los precios y ha hecho que el gas estadounidense sea más atractivo para los compradores extranjeros. Como resultado, muchos países de la UE están recurriendo al GNL estadounidense como una forma de reducir su dependencia del gas ruso y al mismo tiempo garantizar un suministro confiable de energía asequible.
En general, el cambio hacia el GNL estadounidense representa un cambio significativo en el mercado energético mundial. A medida que más países recurran al GNL como forma de diversificar sus fuentes de energía, es probable que la demanda de este combustible siga creciendo. Esto tiene implicaciones importantes tanto para los productores como para los consumidores de gas natural, así como para la economía global en general.
En conclusión, si bien la dependencia de la Unión Europea del gas ruso puede estar disminuyendo, su necesidad de energía confiable y asequible sigue siendo tan fuerte como siempre. Al recurrir al GNL estadounidense, la UE está dando un paso importante hacia la diversificación de su suministro de energía y garantizar el acceso a una fuente fiable de combustible en los próximos años.
Hora de publicación: 18-sep-2023